Resumen:
El trabajo propone abordar el análisis del Vestuario como espacio primario íntimo y experimental del actor en la creación poética del personaje. El Vestuario como interface, medio de habitar el drama a través del vestido. Intentando explorar la vivencia del ser en la tarea de vestir al personaje. Partiendo del cuerpo como una zona de encuentro, percepción individual y colectiva. Se propone comprender el vestir como una experiencia vivida, donde el cuerpo es el soporte y motor de la acción del personaje, susceptible de modificaciones a través de las posibilidades expresivas del vestuario en la construcción de su identidad dramática. El cuerpo del actor se convierte en el foco de residencia de la identidad. Identidad que el vestuario consagra. Un Personaje con Identidad es aquel que coloca entre las variables en juego en los procesos de configuración de su espacialidad, rasgos que se transfieren a la imagen conformando una unidad discursiva de pertenencia y carácter arraigada a su existencia poética, el Vestuario.
Palabras clave: vestuario, interface, experiencia vivida, identidad.
Abstract:
The work aims to address the analysis of Costume as intimate and experimental actor in poetic character creation primary space. Costumes like interface, live through the drama through the dress. Trying to explore the experience of being in the task of dressing the character. Starting from the body as a meeting area, individual perception and collective. It aims to understand the dress as an experience where the body is the engine support and the action of the character, may be changed through the expressive possibilities of costume drama building your identity.
The actor’s body becomes the focus of residence of identity. Costumes establishes identity. Identity is a character who stands between the variables involved in the processes of its spatial configuration, features that are transferred to the image forming unit belonging discursive nature and rooted his poetic existence, Garment.
Keywords: costumes , interface , lived experience, identity.
Introducción
“El cuerpo habla múltiples lenguajes: el del movimiento, la postura, el gesto, la mirada, la temperatura, la palabra, el tacto, infinitos lenguajes con los que se expresa hacia adentro y hacia afuera.” (Segre, 2004:19) 1
“Hay un hecho evidente y prominente entre los seres humanos”, dice Turner (1985:1)2 al comienzo de su libro El cuerpo y la sociedad: “Tienen cuerpo y son cuerpo,” Es decir, el cuerpo constituye el entorno del yo, es inseparable del yo”. (Entwistle, 2002:11) Las sensaciones, las intuiciones, los pensamientos, las acciones y los sentimientos, la energía vital se concreta en el cuerpo convirtiéndose en postura, conducta, disposición y hábitos. El cuerpo, reacciona a estímulos del medio, se emociona, teme, absorbe el aire, los aromas, los afectos, las agresiones.
Pensar en el cuerpo implica considerarlo en términos de célula viva, vivenciado en aspectos morfológicos, sensoriales, dinámicos. Retomando a Andrea Zaltsman, “Implica concebirlo como un espacio de percepción individual y colectivo: como usuario que percibe el mundo a través del vestido y como cuerpo integrante de una cultura y contexto. Cuerpo único irrepetible portador de Identidad y cuerpo social entre otros cuerpos” (2004:19)
El cuerpo se caracteriza en función de su contextura genética, su desarrollo y vivencia. Como una geografía dinámica que expresa las diferentes etapas de la vida. Es el territorio en el cual se inscribe nuestra historia, nuestros miedos, angustias, tristezas, alegrías, represión, placer y muta en el cuerpo para dar cuenta del imparable fluir de la experiencia.
Para Merleau Ponty (1976)3 el cuerpo nos llega a través de la conciencia perceptiva, es decir, el lugar que ocupa nuestro cuerpo en el mundo. La mente está en el cuerpo y llega a conocer el mundo a través de lo que denomina el “esquema postural o corpóreo”, captamos el espacio externo, las relaciones entre los objetos y nuestra relación con ellos mediante nuestro lugar en el mundo y nuestro paso por él. Considera que llegamos a entender nuestra relación en el mundo a través de la situación de nuestros cuerpos física e históricamente en el espacio. El cuerpo es la envoltura de nuestra existencia en el mundo. Nuestros cuerpos son “la forma visible de nuestras intenciones”.
El yo se ubica en el cuerpo y el cuerpo se ubica en un tiempo y un espacio. No es meramente una entidad textual producida por las prácticas discursivas, sino el vehículo activo y perceptivo de la existencia vivenciada.
Según Andrea Zatzman “… el vestido es hábito y costumbre: es el primer espacio – la forma más inmediata- que se habita y es el factor que condiciona más directamente al cuerpo en la postura, la gestualidad y la comunicación e interpretación de las sensaciones y movimientos. Media entre el cuerpo y el contexto. Es el borde de lo privado y lo público a escala individual. Hacia adentro funciona como interioridad textura intima y hacia afuera como exterioridad y aspecto, deviene textualidad” (2004:9)4.
A partir de esta dualidad que plantea el vestuario, ubicado en un territorio de desplazamiento del cuerpo físico al cuerpo poético, es un elemento activo en la construcción visual del personaje. Jorge Dubatti considera que, “…la presencia aurática del actor y su trabajo acontecen en el plano de la cultura cotidiana, pero el devenir poético de su cuerpo en ente poético accede a la fundación –instauración de otra esfera del ser. El ente poético es a la vez territorial y desterritorializado a través de la doble dimensión de cuerpo físico y cuerpo poético tensionados, conectados y opuestos en el acontecimiento poético. Conviven, dialogan, se imponen unos a otros, los límites no están claramente delimitados”. (2007:101) 5
Al abordar como diseñadores el desarrollo de un proyecto de vestuario tenemos que iniciarlo cómo experiencia comunicativa en tránsito de espacialidades. Nuestro trabajo consiste en operar sobre el actor expresándonos con imágenes, significados, formas, siluetas, tipologías, colores, texturas y accesorios puestos al servicio de la creación artística, instaurando en el actor una espacialidad íntima, una vivencia sensible y funcional que lo introduce en el espacio del personaje, lo consolida y lo define. Opera como un proceso en construcción de pensamientos que va de la idea a la concreción de identidades, genera un espacio de intertextualidad en la construcción sensorial emotiva de la experiencia del personaje.
Vestir la Identidad
“Él vestido es, por tanto, la mayor modificación experimentada por el hombre social, pesa sobre toda su existencia.” Honore de Balzac 6.
“El mundo social es un mundo de cuerpos vestidos” (Entwistle, 2002:11). El vestir es un hecho básico de la vida social, es común en todas las culturas humanas, todas las personas visten de alguna manera el cuerpo, ya sea con prendas, tatuajes, cosméticos y otras formas de pintarlo. La ropa y el adorno corporal son los medios mediante los cuales los cuerpos se vuelven sociales y adquieren sentido e identidad. El acto individual y personal de vestirse es un acto de preparar el cuerpo para el mundo social, hacerlo aceptable, apropiado, respetable. Vestirse es una práctica constante que requiere de conocimiento, habilidades y técnicas. La indumentaria es la forma en que las personas aprenden a vivir en sus cuerpos y se sienten cómodos en ellos. Es una experiencia íntima del cuerpo y una presentación pública del mismo. Moverse en la frontera entre el yo y los demás, es la interface entre el individuo y el mundo social, el punto de encuentro entre lo privado y lo público.
Quentin Bell afirma que nuestras prendas forman demasiadas partes de nosotros, como si la tela fuera una extensión del cuerpo o incluso de su espíritu (en Entwistle, 2002) Continuando a Entwistle, las prendas plantean un aspecto íntimo de la existencia y la presentación de la identidad, prenda, cuerpo e identidad se perciben como una totalidad. La conjunción planteada en la vivencia da vida y movimiento, temperatura al traje. Sin un cuerpo el traje carece de plenitud y de movimiento, no está completo.
Comprender el vestir en la vida ficcional es entenderlo no sólo como se representa el vestido dentro del sistema y de sus discursos sobre el vestir, sino el modo en que se experimenta y vive, el papel que desempeña la indumentaria en la construcción del cuerpo poético.
El estructuralismo comprende el cuerpo como un objeto socialmente constituido y contextualizado, mientras que la fenomenología comprende el vestir como una experiencia corpórea. En la construcción de la identidad del personaje estos dos parámetros de análisis se complementan ya que el vestuario se conforma a partir de la experiencia y vivencia de habitarlo en su contexto escénico que lo resinifica y le da sentido. Las prendas que se eligen para dar imagen al personaje constituyen una forma de expresar su identidad, de decir a los demás algo sobre el género, clase o postura del personaje. El vestido funciona como revelador u ocultador de identidad, en un medio de vulnerabilidad de identidades. La indumentaria suele verse como un símbolo de prestigio individual y de moralidad ya sea real o inventado. Finkelstein (1991)7 plantea la idea de que el carácter es inmanente a su aspecto. Una idea que lleva en búsqueda de la autenticidad del otro, de la verdad que se oculta bajo el aspecto y un deseo alternativo de artificio y juego de apariencias mediante la indumentaria y el vestuario, desde este lugar se visualiza al traje como indicador a interpretar para descifrar el sentido oculto, artificio- autenticidad.
El modo en que desarrollamos la identidad en el vestuario está relacionado con la posición del personaje en el mundo ficcional como miembros de ciertos grupos, clases o comunidades culturales. Las prendas que elegimos utilizar representan un compromiso entre las exigencias del mundo recreado, el medio social al que pertenecemos y nuestro deseo individual del personaje.
“El concepto de Identidad abarca el conjunto de rasgos comunes que hace que las personas que habitan un territorio se las vea como idénticas, parecidas, iguales o semejantes en relación a otros que son diferentes. Identidad que se construye dinámicamente en el territorio, en situación de proximidad y colectivamente” (Porrúa, 2012: s/p)8.
Pero, ¿cómo se adapta este concepto al Personaje? La identidad debemos entenderla como el conjunto de los rasgos propios de un personaje o de un grupo de personajes físicos, religiosos, psicológicos, étnicos, asociada con su realidad interior, un espacio íntimo de construcción de la personalidad. Ella se construye a través de la conciencia que el personaje tiene de sí mismo y/o convierte en alguien distinto de los demás. Igualdad y diferencia hace a la esencia de la identidad que caracteriza al personaje y por ende su imagen, y accionar.
Bourdieu (1984)9 plantea el cuerpo como mediador de la identidad a través de inscripciones, gustos, prácticas a las que se refiere como Habitus. El cuerpo es el portador del prestigio social, no sólo por cómo esta vestido, sino por cómo se conduce, se mueve, anda y habla. El vestuario consagra esta vivencia a través de la construcción de este espacio interface de percepción identitario que se construye a través del cuerpo alojado en la espacialidad del traje construyendo la habitabilidad del discurso identitario. El Vestuario es, por lo tanto el medio por el cual se destacan y conservan identidades. En este paradigma se considera que la indumentaria y las apariencias revelan la verdadera identidad.
“El cuerpo, productor o receptor de acciones genera una estructura temporal, un espesor o trama de acontecimientos hechos de ritmo, intensidad y velocidad no naturales en la que los componentes materiales originales mutan por su integración a un nuevo todo de naturaleza poética, por su pasaje a un nuevo estado no natural. Cuerpo afectado (Pavlosvsky), dilatado (Barba), cuerpo rítmico, o musical. El cuerpo del actor atraviesa un proceso de-subjetivación (des-individualización) para re-subjetivarse sumándose a la constitución de nuevos sujetos desterritorializados.” (Dubatti, 2007:102)10
El vestuario es parte de este proceso, construyendo junto al actor el recorrido hacia la generación de un nuevo territorio identitario, el del personaje.
El manejo de este territorio se construye visualmente reuniendo los caracteres visuales, táctiles, auditivos, emotivos, cromáticos que conforman la esencia intima del universo del personaje. El vestuario genera la espacialidad que da textura y espesor al carácter, generando una imagen única del ser poético en escena. Un espacio envolvente, de representación y composición de las vibraciones internas del personaje que interactúa constantemente hacia afuera como un nuevo contorno y hacia adentro como un espacio de composición conjunta con el actor del ADN dramático del personaje.
Este es el desafío al que se enfrenta un diseñador de vestuario, pero ¿Cómo lo hace? ¿Con qué herramientas cuenta?
Vestuario, construcción del territorio Identitario.
“Él vestido es, por tanto, la mayor modificación experimentada por el hombre social, pesa sobre toda su existencia.” Honore de Balzac 11.
A partir de lo expuesto por Porrúa (2012)12 un Vestuario con identidad es aquel que puede distinguirse de otros Vestuarios, pues sigue una serie de pautas formales, materiales, técnicas, productivas apropiadas, engendradas en el territorio de creación interno habitado por el personaje y por lo tanto reconocidos por él como propios. Un Personaje con Identidad es aquel que coloca entre las variables en juego en los procesos de configuración de su espacialidad, estos rasgos y los transfiere a la imagen conformando una unidad de pertenencia y carácter arraigada a su existencia.
Por medio de la indumentaria y su combinación, el diseñador de vestuario plantea una posición, crea discursos sobre el cuerpo del actor: respetable, deseable, violento o amigable, marcando y limitando el espacio vivencial de su carácter. Crea de esta manera un primer espacio de creación que conforma su esfera aurática inicial, aquí el vínculo comunicacional y vivencial en el aquí y ahora es entre el actor y el vestido, una atmósfera sígnica, privada y emotiva que rodea al personaje permitiendo reflejar sus estados de ánimo, pensamientos y posicionamiento dando sentido y sellando ritualmente la composición. Se gesta así la piel escénica que da nacimiento al personaje. Él nos habla desde sus movimientos, sus gestos, sus accesorios y su vestido. El actor crea al personaje desde el cuerpo, el carácter, el gesto y la acción, el vestuario lo afirma, determina su espíritu y le da forma visualmente.
Hoy el problema que se nos plantea a los diseñadores de vestuario es multidimensional. El vestido como espacio sígnico, vulnerable y efímero, demanda la capacidad profesional de plantear un proceso de diseño metodológico, que siente fases de evolución y crecimiento en el desarrollo de una propuesta creativa. Dentro de la escena el proceso creativo en vestuario tiene la responsabilidad de dar nacimiento a un mundo sensible de ideas conformado por etapas de transformación que conllevan al desarrollo del tejido dramático-poético que envuelve al personaje.
El trabajo de construcción de identidades se inicia con la lectura del material, el texto nos permite descubrir a los personajes descifrar hábitos, costumbres, perfiles, fisonomías. Al abordar el análisis de los personajes tenemos que tratar de descubrirlos, permitirles que nos sorprendan a partir de la lectura, dejar que el texto nos los pinte sin ningún juicio crítico preexistente, el vestuario surge del relato y la apropiación del mismo desde lo visceral. Logrando una percepción sensible del personaje.
Es importante a través de este análisis poder ir generando un listado de características, deduciendo los íconos, las imágenes y los símbolos de las metáforas que los autores a través del lenguaje del texto nos plantean y aquellas que por asociación libre, o por intuición el diseñador y el director hayan creado de los personajes. Se inicia aquí una etapa de orden y jerarquización de las ideas, tratando de plantear los ejes conceptuales, claves de la identidad de nuestros personajes.
Determinado el estilo visual, la idea rectora que plantea el punto de vista del director a través de un concepto, una imagen, una época, un suceso. Se emprende un proceso de investigación y documentación que nos permite graficar en torno a los personajes y al tema, e ilustrar las claves en imágenes de los perfiles psico- físicos de los personajes.
Las claves representan sensaciones, conceptos, texturas, colores que se quieren representar, y están en relación con las formas, materiales, tipologías y técnicas con los que asociamos a nuestros personajes. El escenario del personaje engloba caracteres de formas, épocas, hábitos, espacios, posturas y objetos que definen el espesor, textura y psicología del personaje, determinando así su identidad visual. Definiendo visualmente una manera de ser, pensar y parecer del personaje en su vida de relación.
La etapa siguiente es la documentación del tema disparador de la puesta, investigación y recopilación de información de imágenes, videos, textos, música referentes que nos permiten documentar la temática de la puesta y construir a partir de aquí su ESCENARIO CONCEPTUAL.
Retomandoa Porrúa (2012) llamaremos escenario al conjunto de circunstancias que se consideran en torno a un tema. Aluden al lugar o espacio donde se desarrolla la acción o evento. Es un lugar de creación, de representación, un ambiente, un contexto, una atmósfera particular un territorio creativo en torno al tema. En diseño de Vestuario el escenario se representa a través de uno o varios collages, donde se disponen articulada y sintéticamente imágenes, gráficos que comuniquen aspectos, cualidades significativas del tema seleccionado y analizado. Estas imágenes son como signos gráficos o verbales que tienen la capacidad de referir y remitir a una realidad observada por el diseñador. Las llamaremos referentes del tema y estarán ubicadas y relacionadas estratégicamente en el escenario propuesto en un collage que conforma una atmósfera, cuanta una historia y explora el concepto. La construcción del escenario consiste en transformar imágenes en conceptos.
El escenario conceptual debe permitirnos,
-extraer características, propiedades de la forma, siluetas y perfiles del material y de la técnica para configurar un repertorio de aplicación en proceso de diseño al sistema del vestuario.
-enunciar mediante palabras claves aquello que hace la esencia del tema el personaje y su identidad conceptualizada.
-observar el referente para poder a través de él extraer formas, colores, texturas y motivos que represente dicha clave, aparece aquí el rasgo del concepto, el recurso a través del cual se resignifica en el vestuario.
– armar paletas de colores generales, por escena y por personaje
El proceso siguiente es la transferencia del conjunto de cualidades, rasgos, que deben ponerse en juego para trasladar las claves al Vestuario. A partir de la combinatoria del escenario conceptual de la idea rectora y el escenario del personaje es que el vestuarista comienza su labor creativa en la construcción de la espacialidad primaria del personaje.
A partir de la observación de los escenarios y el análisis del texto, el desarrollo del diseño de vestuario parte de la sumatoria de: requerimientos del texto: contenido dramático, requerimientos del actor: personaje, requerimientos conceptuales de la idea rectora de la puesta: esto nos lleva como diseñadores a tomar una decisión, tomar un partido estético, requerimientos estético funcionales: funcional en el desarrollo de la propuesta en pos a la construcción identitaria.
Detectadas las claves de identidad de la puesta y del/los personajes deben traducirse a rasgos morfológicos, técnicos y materiales, a los que los componentes del vestuario deben ceñirse. Las claves representan sensaciones, conceptos, intensiones, cualidades de las formas, perfiles, texturas, colores, signos, estructuras, proporciones, disposiciones y orientaciones de lo observado en el referente. Las formas, materialidades y técnicas asociadas construyen la cadena de ADN del personaje, conformando la forma habitable-habitada, generando un espacio de significación y diferenciación. Una estructura sensible que termina de formar la imagen del personaje, hacia adentro su universo primario intimo sensible, hacia fuera su espacio de confluencia y co-acción con la ficción.
El vestuario comunica mensajes, discursos a través de su forma y su material. Las cualidades de la forma, las tipologías y la técnica con las que se los trabaja tienen la capacidad de comunicar y transmitir temas, conceptos, situaciones, momentos, historias, estilos, ideologías, conformando así un entramado, un organismo vivo y vulnerable al accionar del personaje que lo ocupa y resignifica en su habitabilidad.
Estos rasgos transferidos a la superficie y estructura del vestuario permitirán desarrollar un lenguaje apropiado para comunicar la vivencia y experiencia de vivir el espacio material que conforma visual y sensorialmente al personaje. Llamaremos procesos de transferencia el conjunto de las operaciones que se ponen en juego a fin de trasladar el concepto al vestuario.
Durante esta etapa el diseñador de Vestuario opera a través de un cuaderno de bocetos que le ayuda a documentar todo su proceso de diseño, la etapa creativa en dibujos, croquis, ideas, claves que ayudan a concluir en la construcción visual del personaje. A través de la observación y análisis del escenario, el diseñador trata de extraer disparadores, recursos formales, materiales, texturas y colores, lanzar ideas a través de bocetos, croquis, figurines y seleccionar la más adecuada, valorando la relación de la propuesta con las claves de identidad planteadas y verificando su factibilidad y el grado de metáfora que se genera en el personaje, en el personaje situado y reaccionado en escena .
El vestuario es íntimo, emotivo y el objeto a vestir, el cuerpo, y el receptor de esta primera espacialidad se centra en la misma persona, el actor, que a partir del momento aurático construye el universo del personaje. De esta manera, el vestuario y los diferentes elementos del adorno corporal se convierten en vehículos de expresión, símbolos del perfil del personaje y declaraciones de su preferencia estética. El cuerpo vestido habla y revela información sobre la esencia del personaje.
La identidad se hace visible en la misteriosa totalidad de los trajes, su pasado ligado a una función ritual, al momento creativo donde se afirma individualmente el personaje a través de la vivencia del vestir en el aquí y ahora. El actor revive auráticamente este momento al encarnar el personaje, es el primer territorio poético de su composición.
El vestuario plantea aquí un aspecto primario de la existencia y la presentación de la identidad del personaje; prenda, cuerpo e identidad se perciben como una totalidad- unidad. La conjunción planteada en la vivencia da movimiento y temperatura al personaje. Sin el cuerpo el vestuario carece de plenitud y de movimiento, no está completo.
“El traje se hace forma móvil y liberada, ya no es un accesorio convencional, ridículo, posee su propia anatomía y simbolismo. En relación al organismo vivo que es el actor, el traje adquiere nuevas funciones al ser resonador, trampa, red, amplificador a veces traba y freno, tal vez verdugo o víctima, al existir junto al actor como objeto de su malabarismo” (Kantor, 1977: 31).
El ritual está detrás de la unidad artística del traje que hace que el Vestuario sea único, identitario y misterioso. El Vestuario no es autónomo del ritual. El ritual lo que hace es elevar al vestuario auténtico. Autonomía y autenticidad van de la mano en la construcción poética de la identidad del personaje.
La segunda espacialidad se inicia a partir de la ubicación en el espacio ficcional, la expectación, aquí el vestido abandona su espacio de construcción intima con el actor y pasa a su espacialidad socializada. Comparte en espacio y tiempo el accionar con los personajes, con el/ los espectadores, técnicos, etc.
El Vestuario se sitúa y se relaciona en escena. Resignificando sus claves de identidad, como parte del mundo ficcional autónomo al que se incorpora como sistema consolidado, el todo, mundo conceptual unido y armonizado en la conformación totalizadora de los personajes.
Se debe entender al Vestuario como un modo de habitar el vestido a través de la historia, comprendiendo en él la piel poética y ficcional del individuo que delimita su carácter. Es así que el Vestuario se constituye en depositario poético de la acción dramática, posee aura en tanto puede accionar dentro del circuito comunicacional que genera la escena y puede devolver la mirada. Ubicándose en la frontera entre el yo y los demás, es la interface entre el personaje y el mundo ficcional, es el punto de encuentro entre lo privado y lo público.
Conclusión
“Creo que un todo puede contener al mismo tiempo barbarie y sutileza, tragedia y risotada, que un todo nace de contrastes y cuanto más importantes son esos contrastes mas ese todo es palpable, concreto, vivo” (Kantor, 1977:13)
El Vestuario se construye en acción, en movimiento inundado de la temperatura corporal, del aliento poético que se consagra en la esencia sensible del personaje en escena. La vivencia del traje se muestra y vive día a día en la espacialidad que el vestuario crea entre la corporalidad del actor y la imagen del personaje en el proceso de construcción de Identidad.
El proceso creativo como constructor de espacialidades identitarias es aquel que puede reconocerse, porque sigue una serie de pautas extraídas del territorio de creación propio del personaje y del espacio de proyección conceptual del diseñador transferido a formas colores, tipologías y texturas.
El diseño de Vestuario -célula viva- permite aleatoriamente ir y venir de manera espiralada en el recorrido de la idea y desde el traje; se muta, se recrea y se consolida la unidad visual de nuestros personajes. Es un proceso en construcción que permite al diseñador pasar del plano de las ideas a la concreción sensorial, emotiva y material de la esencia del personaje. El Diseñador de vestuario construye un espacio de imagen y acción, es decir la historia del personaje, vivenciada y contextualizada en el vestido como objeto corporal portador de identidades. Justificando visual y funcionalmente el carácter de los personajes, su cáscara, su vivencia escénica resignificada en la experiencia de vestir la identidad poética del personaje.
Este es el desafío al que nos enfrentamos los diseñadores de vestuario, recrear través de formas, colores, texturas y conceptos, el territorio identitario donde habita el ser poético de nuestros personajes.
Notas:
1- Segre Sonia en Saltzman Andrea. (2004). El cuerpo diseñado. Buenos Aires. Paidos.
2-Turner, B. 1985 “El cuerpo y la sociedad”. Traducido al castellano, 1889. México. Fondo de Cultura económica. Citado por Joanne Entwistle (2002) El cuerpo y la moda. Barcelona. Paidos Contextos.
3-Merleau Ponty (1976) “The primacy of Perception”. Evanston. Chicago. Universitu Press. Citada Joanne Entísale (2002) El cuerpo y la moda. Barcelona. Paidos Contextos.
4- Saltzman A. (2004) El Cuerpo Diseñado .Buenos Aires. Paidós
5- Dubatti, J. (2007) Filosofía del Teatro 1.Convivio, experiencia, subjetividad. Buenos Aires, Atuel.
6- Honore de Balzac, Trattato della vita elegante, Milan, Longanesi, 1982 (Págs. 72-73); citado por Nicolás Squicciarino (1990) El vestido habla: consideraciones psico–sociológicas sobre la indumentaria (Pág. 9) Cátedra, signo e imagen.
7– Finlkestein J, (1991)”The Fashioned Self”. Cambridge. Plolity Press. Citada en Joanne Entwistle (2002) El cuerpo y la moda. Barcelona. Paidos Contextos
9- Bourdieu Pierre, El sentido Social del Gusto. Ediciones Siglo XXI. (1984)
8- Porrúa Marina, 2012, Diseño con Identidad Local. Territorio y Cultura, como ejes para el desarrollo y la sustentabilidad. Acta Congreso Latinoamericano de Enseñanza. UP. Bs As
10– Dubatti, Jorge, (2007) Filosofía del Teatro 1.Convivio, experiencia, subjetividad. Bs As, Atuel10
11– Honore de Balzac, Trattato della vita elegante, Milan, Longanesi, 1982 (Págs 72-73); citado por Nicolás Squicciarino (1990) El vestido habla: consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria (Pág. 9) Cátedra , signo e imagen
12– Porrúa M. 2012. Diseño con Identidad Local. Territorio y Cultura, como ejes para el desarrollo y la sustentabilidad. Acta Congreso Latinoamericano de Enseñanza. UP. Bs A
Bibliografía:
Dubatti J. 2007. Filosofía del Teatro 1.Convivio, experiencia, subjetividad. Buenos Aires, Atuel.
Zalczman A. 2004. El cuerpo diseñado. Buenos Aires Paidos.
Squicciarino N. 1993. El vestido habla. Consideraciones psico-sociológicas sobre la indumentaria. Madrid. Ediciones Cátedra.
Porrúa, M. 2012. “Diseño con Identidad Local. Territorio y Cultura, como ejes para el desarrollo y la sustentabilidad”. Actas Congreso Latinoamericano de Enseñanza UP. Buenos Aires.
Kantor T. 1984. El teatro de la Muerte. Buenos Aires. Ediciones de la Flor.
Mediza A. 1977. “Metodología de la creación”. Teoría y práctica teatral.
Benjamín W. 1982. “La obra del arte en la época de la reproductibilidad técnica” y «Tesis de filosofía de la historia.» en Discursos interrumpidos I, técnica. Madrid. Taurus.
Entwistle, J. 2002. El cuerpo y la Moda. Una visión sociológica. Barcelona. Paidos. Contextos.
Pierre B. 2010. El sentido Social del Gusto. México. Ediciones Siglo XXI
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